Llegada
Llegué, ahí estabas,
Sentada en
una esquina,
Sola.
Algo en ti llamó
mi atención.
No fue tu
cabello azul,
Ni ese
piercing en tu nariz,
Ni la
oscuridad de tus ojos.
Fue la forma
en que cambiaste,
Cuando ellos,
Propulsores de
tus demonios, llegaron.
¿Por qué
cambiabas?